REFLOXOLOGIA PODALEl cuerpo humano forma un todo indivisible formado por varias partes, pero a su vez cada parte de ese cuerpo contiene el todo.
La mano, la oreja, la nariz, la cabeza y la lengua son algunas de las partes del cuerpo a través de las cuales podemos ver el estado de este y de sus distintos componentes, y en caso de necesidad actuar directamente sobre ellos. A esta técnica de estudios y aplicaciones de zonas reflejas en el cuerpo se le llama reflexología.
El pie, por ser una de las partes más inervadas del cuerpo es una zona especialmente útil y efectiva en el tratamiento reflexológico.
Todo nuestro cuerpo tiene representación en nuestros pies, y es a través de la estimulación manual mediante presiones y bombeos de estos puntos y zonas reflejas que podemos actuar sobre él. Es decir que si estimulamos la zona refleja de la cabeza, situada en el dedo gordo, podemos prevenir, aliviar y mejorar una jaqueca.
En una primera sesión de reflexología podal se hace una exploración completa de todo el organismo para detectar posibles alteraciones. Se presionan todos los puntos reflejos (unos 40 aproximadamente) y se buscan puntos reactivos, dolorosos o molestos. Esto nos dará una clara indicación de los puntos sintomáticos a tratar. En sesiones posteriores se tratan dichos puntos. Es importante señalar que la aparición de puntos reactivos NO quiere decir que el órgano en cuestión esté enfermo o débil. Simplemente, cuando encontramos un punto reactivo en determinada zona, tratamos dicha zona refleja.
A veces puede no aparecer ningún punto reactivo. En ese caso procedemos a tratar algunos puntos clave (columna vertebral, riñones, plexo solar…) que equilibraran nuestro organismo.
La reflexología podal es una terapia absolutamente indolora, sin ningún tipo de contraindicaciones (solamente la tromboflebitis sería causa de contra indicación) y tremendamente relajante a la par que terapéutica. Cada sesión suele durar aproximadamente una hora.
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